En la década de los 80, Gregorio Morillas Hidalgo se aventuró con dos socios en un modesto taller localizado en el corazón de Mancha Real. Desde sus primeros pasos, Todimo se especializó en cerrajería y en la elaboración de estructuras metálicas de pequeña escala. Con el tiempo, la empresa expandió su capacidad y amplió su gama de servicios, lo que le valió la calificación como Empresa Clasificada por la Dirección General de Industrias Siderúrgicas y Navales en el Grupo C Nº 23/10298. Este reconocimiento oficial subrayó la solvencia y el compromiso de Todimo, afianzando su posición en el sector.

A lo largo de las décadas siguientes, Todimo se distinguió por su capacidad de innovación y adaptación a las demandas del mercado. La compañía apostó por la adquisición de tecnología de vanguardia y por el desarrollo constante de su equipo humano, asegurando así la excelencia en cada uno de sus proyectos.

En la actualidad, Todimo S.L. es un nombre reconocido por su excelencia, estableciéndose como líder en el ámbito de las estructuras metálicas.